Perspectiva
Como
ya hemos dicho, se trata de una ilusión óptica a través de la cual los objetos
de tres dimensiones pueden reproducirse en una superficie de apenas dos
dimensiones. Hay un elemento totalmente indispensable para crear la
perspectiva: el horizonte.
Así
pues, antes de hacer una fotografía, deberemos determinar dónde queremos ese
horizonte. Puede ser, incluso, que no aparezca en la fotografía pero deberemos
ser conscientes de dónde está para poder dirigir correctamente los elementos
que nos generarán la perspectiva.
El
ojo estima la distancia en base a la disminución de tamaño de los objetos y al
ángulo de convergencia de las líneas (perspectiva lineal). Del objetivo y de la
distancia dependerá el que la imagen resulte con mucha o poca profundidad. La
sensación de profundidad es puramente ilusoria, pero constituye una técnica de
composición muy importante.
Líneas
dinámicas: Las formas más dinámicas de composición, hace uso de
líneas diagonales. Escogiendo un punto de toma, un objetivo que provoque líneas
convergentes o radiales, se puede obtener una fuerte impresión de perspectiva
Perspectiva
aérea
Las
condiciones climáticas y atmosféricas (humo, neblina) proporcionan una
sensación de profundidad, ya que los colores y la tonalidad de la imagen se
amortiguan según aumenta la distancia. Los diferentes cambios cromáticos
facilitan a que la perspectiva aérea sobresalga y destaque.
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